miércoles, 23 de marzo de 2011

Lo intenso.

Me aferro al té, por no aferrarme a la locura de la vida. Siempre intransigente. Algo me conmueve, me preocupa día a día. El fin del hemisferio. El no volver a sentir. Siento que mis dedos no podrán volver a abrazar más planetas, siento que nadie habitará más en mi caja de recuerdos en forma de luna. La luna, siempre presente, reina de todo, y rodeada de tantas almas y sueños perdidos que acoge cada noche. La luna, como madre de todo cuerpo planetario, como madre de una belleza transcendental. Eres tú la que siempre está presente en mis noches individuales y resignadas de placer.